La receta para una velada inolvidable empieza poniendo la mesa
Poner la mesa es mucho más que preparar una comida: es decir sin palabras “te he estado esperando”.En esta guía, te mostramos cómo hacerlo para que cualquier momento, desde una comida hasta una celebración, se sienta especial, sin importar el motivo. ¡Toma nota!
1. Un mantel puede cambiarlo todo
Un mantel largo y elegante puede hacer que la cena se sienta como una celebración, mientras que unos individuales aportan frescura y ligereza para un desayuno improvisado. También están los caminos de mesa, ideales para poner el foco en el centro y dar estructura sin recargar. Porque según el lienzo que escojas, la historia en la mesa será distinta.
1. Un mantel puede cambiarlo todo
Un mantel largo y elegante puede hacer que la cena se sienta como una celebración, mientras que unos individuales aportan frescura y ligereza para un desayuno improvisado. También están los caminos de mesa, ideales para poner el foco en el centro y dar estructura sin recargar. Porque según el lienzo que escojas, la historia en la mesa será distinta.
2. ¡Saca la vajilla buena! Aunquea sea martes
No hace falta una ocasión especial para cuidar la presentación. Combinar platos de distintos tamaños, jugar con contrastes o armonías en la cubertería y darles un orden pensado convierte lo cotidiano en extraordinario. Unas piezas clásicas pueden hablar de tradición; otras más minimalistas, de modernidad. Todo depende del estilo que quieras transmitir.
3. Cada copa cuenta una historia
No es lo mismo brindar en una copa alta de cristal que en un vaso de agua cotidiano. El tipo de cristalería marca el tono: elegancia, cercanía, celebración o sencillez. Escoge bien y deja que tus copas hablen por ti.
3. Cada copa cuenta una historia
No es lo mismo brindar en una copa alta de cristal que en un vaso de agua cotidiano. El tipo de cristalería marca el tono: elegancia, cercanía, celebración o sencillez. Escoge bien y deja que tus copas hablen por ti.
¡A poner la mesa!
Una mesa bien puesta transmite armonía. Si es formal, cuida simetrías y protocolo. Si es informal, busca equilibrio con un toque natural. Lo importante es que todo tenga su sitio… y su sentido.
Mesa informal
1. Plato llano 2. Plato hondo 3. Servilleta 4. Tenedor ensalada 5. Tenedor principal 6. Cuchillo 7. Cucharilla 8. Cuchara sopera 9. Copa de agua 10. Copa de vino
Mesa formal
1. Plato llano 2. Plato hondo 3. Servilleta 4. Tenedor ensalada 5. Tenedor principal 6. Cuchillo 7. Cucharilla 8. Cuchara sopera 9. Copa de agua 10. Copa de vino tinto 11. Copa de vino blanco 12. Plato y cuchillo para el pan 13. Cucharilla y tenedor de postre
5. No subestimes el poder de un cuenco
Boles y cuencos añaden altura y movimiento a una mesa que, de otro modo, podría verse plana. Un buen cuenco puede realzar una crema, una ensalada o unos snacks. Además, aporta ritmo a la mesa y puede servir de nexo entre estilos. Las bandejas no solo sirven para transportar cosas, pueden actuar también como base decorativa o soporte central. El secreto es encontrarle su sitio.
Detalles que no se comen… pero alimentan el ambiente.
Unas ramitas secas en otoño, flores silvestres en primavera, conchas en verano… pequeños guiños decorativos que conectan la mesa con el momento del año y crean una atmósfera cálida y cuidada.
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