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La jardinera autosuficiente

Cheng Yee, vecina del bullicioso distrito financiero central de Melbourne, acaba de descubrir el poder restaurador de la jardinería. Como resultado de los confinamientos provocados por la pandemia y la consiguiente interrupción de la cadena de suministro alimentaria, Cheng Yee y su prometido han transformado los 8 metros cuadrados de su balcón en un huerto autosuficiente.

Yee cuida del jardín que tiene en el balcón mientras su perro la mira desde el sofá.

Además de brindarles una mayor sensación de seguridad, su nuevo proyecto ha tenido un profundo impacto en su bienestar al calmar su ansiedad y mejorar su estado de ánimo.

Cheng Yee, su prometido y su perro posan con las plantas del jardín que han creado en el balcón.

Para tener tu propio huerto no necesitas mucho espacio

Ahora, Cheng Yee necesita varias soluciones de almacenamiento donde guardar las herramientas de jardinería que necesita para desarrollar su nueva afición. Descubre JOSTEIN, una estantería versátil que puede adaptarse a espacios de prácticamente cualquier tamaño. Además, al atar cuerdas al perchero JOSTEIN, ofrece una estructura resistente por la que pueden trepar sus plantas. El carrito RÅSKOG le permite acceder fácilmente a sus utensilios en jardinería, mientras que la tabla de cortar HÖGSMA le ofrece un espacio de trabajo que puede mover cómodamente de un lugar a otro.

Como ya sabes, cuando se manipulan plantas resulta inevitable llenarlo todo de tierra. Pero no temas: para ponértelo fácil, puedes guardar las macetas pesadas y sucias en las cajas SAMLA. Como son apilables y transparentes, no perderás de vista lo que tengas dentro. El invernadero decorativo SENAPSKÅL crea un ambiente propicio para el crecimiento de las hierbas y plantas trepadoras de Cheng Yee, al tiempo que le ofrece un lugar donde exponer sus recuerdos más preciados. Cuando toca cosechar la verdura, las cestas FLÅDIS lo hacen todo más fácil.

En resumen, el pequeño huerto de Cheng Yee es un testimonio de la resistencia humana y demuestra que, incluso en condiciones adversas, podemos encontrar consuelo y alegría en el simple acto de trabajar la tierra.