Probemos algo diferente: cocina y zona de comedor para compartir

Los diferentes horarios y requisitos nutricionales pueden hacer que una cocina compartida sea difícil de manejar. ¡Pero no en este caso! La lista de tareas de cocina implica que todos participan por igual, y los cajones y estantes designados le dan a cada persona una sección para llenarla con sus propias cosas.

¿Hay algo mejor que llegar a casa después de un largo día y encontrar algo delicioso cociéndose u horneándose en la cocina? En el hogar de estas tres cocineras entusiastas, se aprovecha al máximo el potencial de la cocina y, como provienen de partes del mundo muy diferentes, siempre hay un nuevo sabor que descubrir en su especiero.

Los ganchos, las barras y las flores recién cortadas, todos ellos con ubicaciones designadas, aportan un estilo relajado, bonito y lleno de vida. Los organizadores de cajones le dan un espacio permanente a la vajilla y los cubiertos; los carritos de cocina se pueden mover fácilmente y los recipientes de almacenaje de vidrio transparente permiten guardar las sobras de manera que nada se olvide en la parte de atrás de la nevera.

En este hogar, la cocina se integra perfectamente en el comedor, lo que crea un espacio social abierto. De esta forma, sin importar a quién le toque estar en la cocina, nadie se perderá la diversión desde el principio mientras se prepara un menú por todo lo alto.

Compartir piso va mucho más allá del espacio físico: significa compartir partes de uno mismo, de nuestra historia y de las cosas que nos alegran. Aquí, han combinado sus gustos y pertenencias para que todos puedan ver que no se trata solo de un apartamento compartido: es un hogar.