Ya puedes sentarte... si quieres
¿Nos podemos sentar un momento, por favor? ¡Pues claro! Después de años dando tumbos de un lado para otro, los más pequeños llegan a una edad en la que aprenden a concentrarse en lo que tienen entre manos. Eso no quiere decir que ya no tengan imaginación, sino más bien que ahora todo se desarrolla dentro de su cabeza y no por toda la habitación. Ahora hay que cambiar la decoración para adaptarla a su personalidad y hacer hueco para un escritorio.
