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Edredones de cuna y almohadas

Nuestras opciones de edredón para cuna y almohada para bebé están recomendadas para bebés a partir de 12 meses. Todos se pueden lavar a máquina. Nuestro edredón para cuna LENAST cuenta con un tejido exterior fabricado en algodón/lyocell que absorbe y aleja la humedad para un sueño reparador. Echa un vistazo también a nuestra ropa de cuna.

Edredones y almohadas de bebé perfectos para acurrucarse

Encontrar los edredones y almohadas de bebé perfectos puede marcar la diferencia a la hora de convertir una cuna en un entorno de descanso acogedor y seguro. Elige con cuidado teniendo en mente la comodidad y la seguridad.

Comodidad absoluta para tu pequeño

Si tu hijo tiene más de 12 meses, pero menos de 3 años, apuesta por una manta ligera que sea lo suficientemente calentita sin llegar a hacer que pase calor. Si tu hijo no está preparado aún para un edredón (quizás porque se mueva demasiado durante la noche), está bien seguir usando mantas o un saco de dormir hasta que lo esté.

¿Puede usar un edredón un recién nacido?

No uses almohadas ni edredones para los bebés menores de un año. Además del riesgo de asfixia, los edredones pueden hacer que pasen demasiado calor. En su lugar, opta por taparlo bien con sábanas y capas de mantas por debajo de los hombros o usa un saco de dormir para bebés. Estas opciones son seguras y hacen que esté suficientemente calentito y cómodo. Solo tienes que asegurarte de que no pueda adoptar una posición peligrosa.

Cómo elegir los edredones y almohadas de bebé adecuados

Al elegir los edredones y almohadas para tu bebé, fíjate en el material y en su transpirabilidad. Las mezclas de algodón y lyocell son adecuadas para el contacto con la piel de tu bebé, y lo mantendrán seco y fresco. Además, nuestros productos son fáciles de limpiar, algo que se debe hacer con frecuencia para mantener una buena higiene.

Consejos para el mantenimiento de la ropa de cama de bebé

Para que los edredones y almohadas de tu bebé se mantengan en las mejores condiciones, lávalos con frecuencia siguiendo las instrucciones de mantenimiento. Usa un detergente suave y evita los suavizantes, ya que pueden irritar la piel sensible. Sécalo todo para evitar la aparición de moho. El mantenimiento periódico no solo garantiza una buena higiene, sino que prolonga la vida útil de la ropa de cama.