La historia de Nataliia
En busca de estabilidad en un mundo incierto y de su propia identidad.
Nataliia acabó rehaciendo su vida y carrera profesional en la República Checa. De abogada a refugiada, ahora lucha por recuperar su identidad profesional y su futuro.


El primer paso es el más difícil
Antes de la invasión total, yo era feliz. Tenía una vida plena en Ucrania: con mi familia, mis metas y una carrera profesional que me apasionaba. Llevaba una vida perfecta. Mi familia disfrutaba reuniéndose sin tener que esperar a las ocasiones especiales. Solo hacía falta descolgar el teléfono para vernos, ya fuera un día festivo, por un cumpleaños o para echar una mano en el jardín. Las celebraciones familiares estaban llenas de risas e historias.
Yo era abogada y era buena en mi trabajo. Sabía cómo funcionaba el sistema, cómo abordar las complejidades legales, cómo comunicarme con eficacia y cómo resolver problemas. Tenía esa seguridad. Pero, un día, empezaron a volar los misiles. En ese momento, entendí que esta vida había acabado. Mis planes fueron destruidos y tuve que decidir qué hacer.
Ahora, echo de menos esa confianza en mi vida personal, la confianza en mi vida profesional y la confianza en el futuro. Mi hija tenía 12 años en aquel momento. El problema era que no podíamos refugiarnos de los misiles. Temía por mi vida y la de mi hija. Por ello, dejamos nuestro país.
Un viaje a lo desconocido
El primer paso es el más difícil. Recuerdo la fila de personas en la frontera. Muchas mujeres con niños. Era una catástrofe. Lo único que tienes que decidir es el siguiente paso. Te sientes tan perdida sin saber lo que hacer. Decidimos ir a la República Checa porque allí la cultura es parecida a la nuestra.
Recuerdo que, al principio, nos planteábamos quedarnos uno o dos meses como mucho. Después, todo volvería a la normalidad y podríamos regresar a casa. Sin embargo, cuando analicé la situación, me di cuenta de que no sería tan rápido.
Al principio, tenía algo de trabajo online, así que pude hacerlo y ahorrar algo de dinero. Estábamos tristes y angustiadas. Pero nuestros anfitriones nos ayudaron, hablaban con nosotras e intentaban tranquilizarnos.
Aquellos meses pasaron volando y fui consciente de que tenía que empezar a buscar un alojamiento más permanente, encontrar trabajo y aprender checo.
«Necesitaba metas. Fue una sensación tan bonita cuando recibí una invitación de IKEA para participar en su proceso de contratación. Me di cuenta de que puedo formar parte de algo importante de nuevo. Puedo vivir.»

Nuevo hogar, nuevos retos
La primera vez en un país nuevo es un gran reto. No sabes cómo funciona nada: el sistema de transporte, el sistema educativo o el sistema de salud. No conoces nada. Era difícil incluso ir a una tienda a comprar algo. Estoy muy agradecida por la ayuda que recibí de personas que, por aquel entonces, eran unas completas desconocidas. Ayuda con la ropa, la comida, la higiene. Cuando conseguimos el visado de un año, empezamos a dar pequeños pasos hacia delante.
Fui consciente de que tenía que encontrar un trabajo para tener dinero y participar en procesos más importantes. Quería hacer algo más que sobrevivir al día a día. Necesitaba metas. Fue una sensación tan bonita cuando recibí una invitación de IKEA para participar en su proceso de contratación. Me di cuenta de que puedo formar parte de algo importante de nuevo. Puedo vivir.
Todavía esperamos cada año el día en el que podemos renovar nuestro visado para seguir aquí legalmente. Esperar es siempre un reto para nosotras. Tenemos que rellenar formularios online y acudir a citas presenciales para renovar el visado para un año más.
Vuelta al Derecho
Ahora tengo mi título de Derecho homologado y reconocido oficialmente, aunque no es suficiente. Todavía no puedo trabajar como abogada porque no domino el checo.
Echo de menos en mi vida profesional poder explicar todo lo que quiero explicar, resolver casos. Sueño con volver a estar en lo más alto de mi profesión. Quiero ser parte de cosas importantes. Quiero conseguir buenos resultados para mi empresa y ver los resultados de mi trabajo.
Espero poder volver a mi profesión como abogada. Supone todo un reto para mí porque primero tengo que aprender checo perfectamente y eso va a llevar tiempo.
Pero estoy preparada para eso y no me voy a rendir. Sé cómo puedo ayudar a otras personas y ser útil. Quiero ser útil.