Una pequeña recámara infantil que aprovecha el espacio y el color de manera inteligente

Este escritorio con estantería y patas regulables, en un discreto color blanco, se puede adaptar a los cambios de gustos y a los estirones. Dale estilo con muebles más pequeños y accesorios; en este caso, los colores alegres aportan vitalidad, mientras que los tonos pastel suavizan el ambiente para facilitar los momentos creativos en los que hay que concentrarse.

La cama blanca extensible, llena de color, es la base perfecta para darle un toque jovial a la decoración. Los divertidos animales de la ropa de cama se llevan estupendamente con los encantadores peluches que suelen estar por allí. Alrededor de la cama y en la pared hay más juguetes, muebles al estilo de dibujos animados y una lámpara para reforzar la energía y alegría del ambiente.

Las soluciones de almacenaje a diferentes alturas potencian la sensación de amplitud. Los cajones grandes son el escondite perfecto para guardar esos juguetes que solo se sacan en momentos puntuales, mientras que los cajones prácticos en colores divertidos permiten que los propios niños los organicen. La pared convertida en pizarrón ofrece un giro inesperado, así como infinitas posibilidades creativas.