Cómo conseguirlo
- Se puede lavar a máquina
Los abejorros son fáciles de reconocer por sus grandes cuerpos y su denso pelaje en amarillo y negro. Grandes o pequeños, tienen una misión muy importante: volar y esparcir polen para que todo crezca en la naturaleza.
Detalles del producto
Esta abejita cuenta con una pequeña anilla para llevarla en el cierre de cualquier mochila o bolsa.
Hecho de poliéster reciclado, muy suave y agradable al tacto.
A todos los peluches les gusta abrazar, consolar, jugar y escuchar. Además, son de total confianza pues han pasado pruebas de seguridad.
Queremos que nuestros peluches repartan amor durante muchos años, y por eso los hacemos con materiales agradables y ojos bordados, los sometemos a rigurosos test de lavado y nos aseguramos de que no contienen productos químicos nocivos.
En la colección SKOGSDUVA también hay un cojín con forma de flor, el compañero perfecto para la abeja de peluche.
El regalo perfecto para los niños a los que les fascinan el bosque y los animales que viven allí.
Con los juguetes, textiles y accesorios de la colección SKOGSDUVA queremos despertar la curiosidad de los niños e inspirarles a descubrir las maravillas de los bosques nórdicos y nuestras raíces escandinavas.
Malin Gyllensvaan
Bueno saber
Se puede completar con otros productos de la colección SKOGSDUVA.
Materiales y cuidados
Material
- Tela:
- 100% poliéster (90 % reciclado como mín.)
- Forro:
- 100 % poliéster -fibra hueca (100 % reciclado)
Cuidado
Lavar a máquina a 40°C como máximo, tratamiento normal.
No usar cloro.
Secar en secadora a temperatura baja (60 ºC como máximo).
No planchar.
No limpiar en seco.
Seguridad y cumplimiento
Medidas
- longitud/largo: 8 cm
Embalaje
SKOGSDUVA
Numero de artículo805.769.27- Ancho: 4 cm
- Altura: 4 cm
- Largo: 8 cm
- Peso: 0.01 kg
- Paquete(s): 1
Reseñas
Reseñas de los clientes
Calidad
Son tiernos, pero ¿son seguros? Absolutamente
Puedes descansar tranquila sabiendo que todos nuestros productos para niños cumplen con los más altos estándares de salud y seguridad. Sometemos nuestros juguetes a las pruebas de resistencia más estrictas (resistencia a una fuerza mayor que la de un niño de dos años). Así que preocúpate menos y juega más.