Calidad de vida: Decoración contemporánea en un departamento de una recámara

No se puede ser demasiado selectivo. En este departamento, cada forma, textura y material se ha elegido conscientemente, y no se ha pasado por alto ningún detalle. Las maderas cálidas y las formas de mediados de siglo aparecen regularmente, uniendo toda la casa.

Si la moda es lo tuyo, ¿por qué esconderla detrás de las puertas de un clóset? En este departamento, el recibidor se convierte en el hogar de una selecta colección de sombreros y accesorios, que no sólo dan la bienvenida a los invitados, sino que también son elegantes para salir de casa con estilo. Aprende a aprovechar elementos de almacenamiento para mostrar tu personalidad con la diseñadora de interiores Chiara Effroi Lutteri.

La elegante cocina con gabinetes de chapa de roble mantiene los utensilios y la batería de cocina bien guardados fuera de la vista. Pero no se puede ocultar la pasión de este caballero por el café, que se celebra a la vista de todos con una estación personal de barista.

Puede que viva solo, pero esta es una casa donde los amigos y la familia son siempre bienvenidos. El comedor es el corazón del departamento, con una mesa plegable en la que caben hasta diez personas.

Un espacio para desplegar tu tapete de yoga por la mañana o para pasar el rato con un amigo después del trabajo: Este balcón cumple con ambas cosas. La exuberante vegetación, las linternas y una silla muy cómoda crean el ambiente ideal para un merecido descanso.

La persona que vive aquí trabaja y juega mucho... pero también ama dormir. Con una cama ultracómoda, suaves tejidos, y luz y sonido integrados, esta recámara inspirada en un hotel es un espacio que se toma la recarga muy en serio.

Se necesitaron años para crear esta colección de camisas de algodón, mancuernillas y lentes de sol, y aquí es donde se guardan y admiran. Los organizadores al interior lo mantienen todo ordenado y accesible, para que cada prenda tenga su propia cuota de protagonismo.

Todos queremos un tiempo para nosotros mismos, pero la cuestión es cuándo. El truco, que ha descubierto, es crear una rutina no negociable: Breves encuentros consigo mismo que programa igual que sus otros compromisos. Desde un baño rápido por la mañana hasta su ritual de afeitado de los domingos, un cuarto de baño bien organizado ayuda a hacer posibles esos momentos "para mí".