Maneja el vidrio templado con cuidado y no lo uses nunca si está dañado, rayado o astillado. Evita también cambios de temperatura bruscos, ya que podría romperse.El vidrio es frágil: para ampliar la vida útil del vidrio templado, evita rayones en la superficie, por ejemplo, asegurándote de no usar estropajos de metal y de que no choque con los cubiertos en el lavavajillas.